Quizás no tengas claro el concepto de agroturismo. O quizás sí. Y quizás tengas claro el concepto de turismo rural. O quizás no.

Ambos son parecidos, pero no son lo mismo.

El Turismo Rural es un tipo de actividad turística que se desarrolla en un entorno rural, asociado al campo, la montaña y las poblaciones rurales. Son muchos afirman que el Turismo Rural se define únicamente por el tipo de alojamiento que contrata el turista, ya sea un hotel o una casa rural. Y a que, en la mayoría de los casos, no existe una oferta turística complementaria a ese alojamiento.

Por su parte, el Agroturismo se define como una forma de turismo rural que se compone de un conjunto de actividades relacionadas con la explotación agropecuaria. Los turistas que eligen el agroturismo disfrutarán del contacto directo con las tradiciones y el modo de vida rural, de la producción típica de la casa en la que se alojan y de sus procesos de transformación, así como las peculiaridades de su gastronomía.

Así pues, el agroturismo es una modalidad de turismo rural, dado que tiene lugar en dicho entorno: campos, montes y pueblos más o menos pequeños, en los que disfrutar de los paisajes, la naturaleza, el entorno todo, la gastronomía y los usos y costumbres del lugar.

Pero aún así, el agroturismo va más lejos, pues tiene lugar en alojamientos que tienen una vinculación directa con alguna de las tareas agrícolas o ganaderas de la zona. Bien sea el cuidado del ganado, bien la producción agrícola, bien el aprovechamiento de recursos de la zona, el visitante tiene la oportunidad de conocer y participar en las tareas que la familia que explota el alojamiento hace habitualmente.

Niños alimentando a las cabras de casa rural Katxenea :: Agroturismos en Navarra

Niños alimentando a las cabras de casa rural Katxenea

En todas nuestras casas, como agroturismos que somos, puedes realizar actividades relacionadas con nuestra forma de vida.

Descubrir los animales de la granja de nuestra mano, conocer y cuidar la huerta y el jardín (y comer ese mismo día productos frescos, fresquísimos, de las huertas), aprender a elaborar productos caseros típicos de la zona, y probarlos, evidentemente, o descubrir cómo se cultiva el cereal, que luego está presente en tantos y tantos productos que consumimos a diario.

O, simplemente, pasea y mirar y admirar el entorno, convenientemente asesorado, y buscar y encontrar los frutos del bosque y de la tierra: setas y hongos. plantas aromáticas silvestres, castañas y nueces, ….

¡Un placer para los sentidos!

Y hay que ver cuánto disfrutan todos… chicos y mayores. Muchos mayores rememorando sus años más jóvenes, de infancia incluso. Y los niños, descubriendo que hay vida más allá de las ciudades. Una vida rica y plena, muy ligada a la naturaleza, que queremos compartir contigo.

¡Te esperamos!

 

 

Abelore 

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